viernes, 9 de marzo de 2007

ERC y PSC acusan al PP de "fascista" y "guerracivilista" por convocar una manifestación


La osadía del PP de convocar una manifestación, algo que la izquierda considera como un derecho suyo en exclusiva, le ha valido los calificativos de "fascista" y "guerracivilista" por parte de ERC. Desde el PSC han tachado de "atentado suicida contra las instituciones democráticas" el atrevimiento de Rajoy. Hace unos días Miguel Buen (PSE) acusó al PP de "provocar al Ejército para dar un golpe de Estado", teoría a la que se ha sumado el BNG. El PSOE ya dejó claro el lunes que le parecía que convocar una manifestación es de "extrema derecha". Fungairiño ha tenido que recordar que el derecho de manifestación "está recogido en la Constitución".

El portavoz republicano en el Parlamento, Joan Ridao, no ha dudado en calificar de "deriva guerracivilista" e imbuida "del espíritu del 18 de julio de 1936" en que, en su opinión, está cayendo el PP con su actitud sobre política antiterrorista. También la portavoz adjunta del PSC, Carme Figueras, criticó esta actitud y la consideró "un suicidio político" de los populares, en tanto que "para volver al Gobierno están desmembrando el país".

Ridao dijo que, con este tipo de movilizaciones, el PP "está fabricando un auténtico fascismo ambiental, guerracivilista, que demuestra que la derecha española no ha abjurado del espíritu del 18 de julio de 1936, y lo hace además a base de mentiras, de engañar a la sociedad y falseando la realidad".

La diputada del PSC consideró las manifestaciones del PP como "un auténtico atentado suicida contra las instituciones democráticas", al tratarse de "movilizaciones en contra de una resolución del poder judicial, uno de los tres pilares en los que se fundamenta la democracia", que además "están desmembrando el país" que quieren gobernar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Época24h
Viernes, 9 de marzo de 2007. 22:58 (CET)
Rosa Díez, la estoica resistencia
No al olvido. No a pactar con los terroristas. Rosa Díez habla alto y claro. Amenazada por ETA y censurada por su partido, no tiembla al criticar a un Gobierno que ha claudicado ante la banda
La batalla de Rosa Díez se disputa en dos frentes: ETA y su propio partido, el PSOE. Su menuda figura y su enjuta silueta contrastan con su firme carácter, su vehemente discurso y, sobre todo, con un espíritu imperturbable que lucha contra viento y marea por vencer al terrorismo sin precios y sin concesiones. Una David contra Goliat que cree que ha llegado el momento de "volver a organizar la resistencia" contra Batasuna, el rostro político de ETA, que respira mejor que nunca gracias al balón de oxígeno del Gobierno.
Y Rosa, socialista de la vieja guardia, que lleva al País Vasco en su sangre y a las víctimas del terrorismo en su corazón, vuelve a desvincularse de la doctrina del PSOE y dice no. No a dialogar con una organización ilegalizada por terrorista, a buscar "la paz de ETA", a equiparar a víctimas y verdugos, a olvidar. Es el rostro de la resistencia

Anónimo dijo...

Ellos ladran, nosotros cabalgamos. A ZP y sus fascistas socios los queda poca gente a la que aun tienen engañada. Gracias a los españoles que van abriendo los ojos y que van a volver a hacer prosperar España a pesar de los 4 años de infamias que nos va a dejar de legado zETAp

Anónimo dijo...

Época24h – 12/03/2007
LEONES COBARDES
Recuerde usted al león cobarde de "El maravilloso Mago de Oz" que huía aterrado de todo animalillo que lo mirara. Así parecen ahora los viejos leones del PSOE, antes orgullosos, que se limitan a rezongar viendo al maravilloso Mago Zapatero desmantelar lo que ellos construyeron.

Felipe González, olvidando que dejó morir a grapos en huelga de hambre, defiende ahora la excarcelación de De Juana. Detesta a ZP, pero más aún al PP. Joaquín Leguina, que presidió la Comunidad de Madrid, sólo se queja del actual PSOE en entrevistas muy medidas sugiriendo que a su partido lo gobierna ahora una banda ajena a su historia.

Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura, enuncia frases tronantes contra las iniciativas de Zapatero, como los Estatutos de Cataluña o de Andalucía. Pero asiente a lo que ordena el Mago protegido por la gran tramoya del Comité Federal del partido.

Lea lo que escribe Alfonso Guerra, en su revista Sistema, advirtiendo que España está dejando de ser el país de la solidaridad entre los ciudadanos y los territorios.

Otro león, Francisco Vázquez, se ha escurrido al recibir el regalo de la embajada en el Vaticano: entre mitras y curias ya no pontifica sobre cómo serán dentro de una década los españoles divididos. Su mundo ya no es de estos reinos.

Todos gruñen. Pero bajito. Y cuando hay que asentir o no a las liberaciones de sádicos etarras, o a estatutos que rompen la igualdad ciudadana, los viejos leones aplauden, en el Parlamento, en el Senado o, como el último fin de semana, en el Comité Federal, máximo órgano socialista entre congresos. Los legatarios de la historia socialista se han vuelto leones cobardes ante el Mago de Oz, hombrecillo engrandecido por espejos y máquinas de hacer ruidos